PADL de Juventud Emprendedora: Raquel Pinto

El Programa PADL de Juventud Emprendedora busca generar comunidad a través del emprendimiento

Raquel Pinto vive en Baquedano y ha sido beneficiaria por el Programa de Apoyo al Desarrollo Local (PADL) de Juventud Emprendedora en dos ocasiones, gracias a lo que ha podido desarrollar un negocio de comida rápida y servicios de banquetería, y pretende tener próximamente un medio de transporte para vender sus productos de repostería no solo en su localidad, sino en otras comunidades cercanas a Sierra Gorda.

A través del PADL Juventud Emprendedora gestiona emprendimientos locales, ofreciendo capacitación y orientaciones sobre cómo invertir y generar un mayor impacto y crecimiento tanto para la comunidad como para las familias.

Hablamos con Raquel Pinto para saber más sobre su proyecto, y esto es lo que nos contó:

¿En qué consiste tu proyecto?

Mi proyecto partió primero haciendo tortas, después se generó la idea de tener un carro, y a través del carro, como tenía maquinaria, me expandí a los coffee, que es el servicio de banquetería.

¿Cómo conociste la fundación?

A través de las reuniones de los niños, porque mi hijo participa en sus becas educativas, y desde entonces siempre he estado en contacto con ellos.

¿Cuándo participaste por primera vez al PADL?

La primera vez fue con un horno industrial, y entonces empecé a trabajar, hace cuatro años. He postulado dos veces.

¿En qué consiste el trabajo con Juventud Emprendedora?

Yo postulé y presenté mi proyecto, y ellos ahora me van apoyando y dirigiendo sobre cómo llevar el proyecto. Tenemos reuniones mensuales.

¿También te han ofrecido formación?

Sí, hay cursos con gente especializada que te va guiando, y te enseñan cómo llevar los negocios, cómo cobrar, sobre marketing. Con ellos fui aprendiéndolo todo.

¿Y cómo ha repercutido esto en tu emprendimiento?

Ha mejorado harto, porque antes iba con el carro y ahora tengo otro proyecto con comida rápida. He crecido mucho.

¿Eso ha generado también un impacto positivo para la localidad?

Sí porque ahora la gente de Baquedano ya no bajan a Antofagasta a comprar torta. Se ahorran el viaje porque yo hago tortas aquí a pedido. Tengo un número de teléfono y pueden llamarme y yo se las preparo.

¿Cómo valoras el trabajo de los profesionales de la fundación?

Muy bueno, excelente, encuentro que son personas muy empáticas en todo.

¿Y qué opinas que entidades privadas como esta lleven a cabo iniciativas de este tipo en pequeñas comunidades del norte de Chile?

Excelente, porque acá en Baquedano no hay nada y para nosotros es difícil ir a Antofagasta. Que ellos vengan, nos enseñen, nos guíen, que vengan incluso hasta tu casa a hacer la formación, es excelente.

¿Tienes alguna proyección para tu negocio en este nuevo año?

Sí, este año pretendo comprarme una camioneta o un foodtruck porque me hace falta para transportar mis cosas. Nos pusimos una meta, que es fin de año.