”Gente que no se había implicado antes se está dando cuenta de que puede tener incidencia en el territorio”
Hablamos con Javiera Blaimont, Coordinadora del área social de la Entidad Patrocinante, el Programa Juntas de Vecinos y el Programa No Hay Proyecto de la fundación
Javiera Blaimont es trabajadora social y licenciada en trabajo social de INACAP con experiencia en coordinación y ejecución de desarrollo comunitario en contextos de vulnerabilidad social.
Profesional con experiencia en programas de educación, discapacidad y exclusión social, en Proyecto Propio se desempeña en la ejecución y el desarrollo de programas de intervención social, talleres de participación y organización comunitaria.
¿Cuándo entraste a Proyecto Propio y cuál es tu rol en la fundación?
Entré a Proyecto Propio en marzo de 2017 y soy la coordinadora del área social de la Entidad Patrocinante, del Programa No Hay Proyecto y del Programa Junta de Vecinos.
¿En qué consiste la Entidad patrocinante de Proyecto Propio?
La Entidad Patrocinante gestiona subsidios estatales para mejoras de vivienda social y, nosotros, en la fundación, nos preocupamos de ser el nexo entre el SERVIU (Servicios de Vivienda y Urbanismo), la SEREMI (Secretarías Regionales Ministeriales de Salud), la constructora y las personas, es decir, la gente que se beneficia con los subsidios.
¿En qué se traduce eso a la práctica?
En el área social desarrollamos el Plan de Habilitación Social (PHS), el cual consiste en fortalcer el comité de administración y las relaciones que se generen dentro de las comunidades para poder mejorar las gestiones del comité de administración.
O sea, trabajamos para que la gente entienda la lógica de lo que significa vivir en comunidad y qué es una copropiedad. Potenciamos algunas herramientas y metodologías que puedan utilizar para poder tener una mejor convivencia.
¿Se hace a través de asambleas?
Sí, mientras dure la obra tenemos que hacer asambleas con los copropietarios mensualmente. En las asambleas se generan ciertas partes del Plan de Habilitación Social, y por lo tanto es un proceso que dura bastante tiempo, dependiendo de lo que dure la obra. Hay algunas que duran tres meses, otras un año. Hacemos un acompañamiento permanente con la gente.
También coordinas el Programa Juntas de Vecinos. ¿De qué se trata?
El Programa Juntas de Vecinos genera distintas instancias para que los dirigentes de las juntas o de cualquier organización social a lo largo de Chile puedan tener contacto con nosotros, y nosotros poder apoyarlos en el entendimiento de la Ley de Juntas de Vecinos, que es lo que al final mueve a las organizaciones sociales, y asesorarlos con sus consultas y dudas.
Se trabaja con la Metodología Delibera.
Sí, la metodología es procedimental y participativa y se desarrolla a través de tableros con los que todas las personas pueden participar. La idea es que nosotros, como profesionales que acompañamos, seamos parte también de las herramientas que pueden utilizar para entender las lógicas de cómo hacer el tablero, de qué procedimientos se deben seguir. Por ejemplo en primera instancia siempre es bueno tener la claridad de quienes son los participantes, que eso forma parte del primer tablero, pero se puede generar un solo tablero o se pueden hacer los cuatro de la metodología completa.
¿De qué depende?
De la necesidad de la comunidad, porque por ejemplo a veces solo necesitan entender las lógicas del diagnóstico territorial, y eso se da con el primer tablero, o a veces solo necesitan hacer una cartera de proyectos.
También estás a cargo de realizar talleres puntuales.
Sí, el que estamos realizando ahora es sobre cómo hacer y darle sentido a un proyecto, y tiene una lógica bastante entretenida porque es práctico. Nosotros no vamos a hacer una charla, sino que la participación de los vecinos es, de alguna forma, obligatoria.
Generamos un enganche con las personas que participan utilizando sus ideas como ejemplos para ver cómo hacer un proyecto, qué componentes deben tener los proyectos de base. Y también les hacemos ver que el proyecto de una comunidad puede ser muy parecido al de otra que está postulando al mismo fondo, y por lo tanto que es necesario que tengan un plus, un valor agregado para tener más posibilidades de ser electo.
Además del trabajo en terreno el Programa Juntas de Vecinos cuenta también con una plataforma online (www.juntasdevecinos.cl).
Sí, en la plataforma se generan interacciones principalmente de consultas sobre la Ley de Juntas de Vecinos, pero nosotros también ofrecemos nuestra metodología para que las personas puedan descargarla, y están también los videos que la explican. A parte, mostramos distintos fondos concursables para organizaciones sociales para que puedan postular.
En tercer lugar está el Programa No Hay Proyecto. ¿En qué consiste?
No Hay Proyecto es un programa que se genera con la Municipalidad de Peñalolén con la idea de que los jóvenes de la comuna puedan generar un proyecto que no sea ya pauteado, sino que puedan crearlo desde cero. Y se han dado dos etapas. La primera con el primer grupo, donde se hizo algo parecido a lo que se hace con las juntas de vecinos con la metodología deliberativa, con la lógica de ir entendiendo como hacer un proyecto y potenciando el trabajo en equipo, y la segunda, que es la que estamos concluyendo ahora, que consiste en la de adjudicación de fondos concursables para innovación social para proyectos realizados por los jóvenes.
En total son 13 proyectos que se financiaron en base a No Hay Proyecto, y todos son de jóvenes que vienen de un sector en vulnerabilidad social y que están tratando de generar instancias de mejora para su comunidad.
¿Que supone tener que trabajar en territorios en vulnerabilidad social?
Las viviendas sociales se encuentran en lugares un poco más periféricos de Santiago, y allí es donde se genera una mayor cantidad de concentración de personas, hay más hacinamiento, menos oportunidades laborales, y se puede ver más pobreza, lo cual implica que se empiezan a generar distintos factores que potencian una vulnerabilidad social.
Eso no lo tomo como algo positivo o negativo, sino que siendo objetivos, las viviendas sociales se encuentran en estos territorios, y nosotros lo que hacemos es tratar de potenciar a la gente, de ayudar a que ellos puedan surgir de una mejor manera, que puedan generar proyectos que potencien su organización, mejoren su territorio para mejorar también la vida del barrio, se apropien de los espacios y utilicen las herramientas y metodologías que les traspasamos para que exista una mayor participación comunitaria, que además ha decaído bastante últimamente.
¿Cuáles son las principales dificultades a las que te enfrentas en tu trabajo?
Cuando vamos a terreno la participación no es siempre la ideal. Intentamos utilizar varias metodologías para llamar la atención de la gente y que se implique, pero también entendemos que en los horarios en que llegamos para hacer las asambleas, a las 20 o 21h, pensando que la gente ya está en sus hogares, la gente está cansada, llegan a casa después de haber estado dos horas en la micro.
Y también cuando llegamos a un nuevo territorio pasa que no confían tanto en nosotros, porque a veces ya han llegado otras entidades, y la gente se emociona pero al final no funcionan los proyectos. Entonces se da esta lógica de la desesperanza aprendida, que genera que no confíen tanto en nosotros.
¿Y cuál es la mejor retribución?
En general nos reciben siempre muy bien, y es muy rico trabajar con gente, muy interesante. Personalmente, como trabajadora social, me encanta y prefiero trabajar con las comunidades.
Trabajar con personas te deja muchas cosas buenas. El cariño que te brindan, la paciencia que te tienen, el entendimiento cuando se demoran los procesos, la retribución que te dan cuando algo sale bien. Que te esperen en una asamblea con café y galletas, uno sabe que esto cuesta, y demuestra un cariño que es lo mejor que hay.
¿Cómo es la relación con los organismos estatales y municipales?
En general al trabajar con los municipios la relación es bien expedita. Con No Hay Proyecto fue todo muy rápido y tenemos una relación muy próxima, pero con SERVIU y SEREMI sí que es un poco más lento, pero porque los tiempos de espera de los procesos son más largos. Pero en general la relación es buena, siempre hay alguien que te va a ayudar a hacer tu trabajo mejor. Nos contactamos vía correo electrónico y va muy bien, siempre están a disposición para que consultemos cualquier duda.
¿Qué opinas de la situación de la vivienda social en Chile?
La vivienda social en Chile es una vivienda social de hace muchos años que se pensó para la familia con papá, mamá e hijos, pero lo que pasa es que la familia que vive en vivienda social jamás es así, son los padres, los hijos y la familia extendida. Entonces con tantas personas en una vivienda de 40m2 no hay espacio ni intimidad, y la gente tiene que pasar más tiempo fuera que dentro, porque no se da la posibilidad de generar una ampliación. Los espacios son tan acotados y hay tantos blocs alrededor que al final las ampliaciones se generan dentro del patio de la copropiedad o hacia fuera, y eso genera un peligro potencial por ejemplo en caso de que se dé una emergencia, porque los bomberos no pueden entrar.
Las nuevas viviendas sociales tienen que considerar un mayor metraje cuadrado, mejores espacios comunes, áreas verdes, una sede social y un espacio de recreación. La vivienda social tiene que estar pensada para una comunidad, porque van a llegar a vivir personas que quizás jamas en la vida se habían visto, y entender que no solamente son los 40m2, sino todo el entorno, porque ahí es donde vive la gente.
Ahora la gente pasa más tiempo fuera de la casa, en el transporte, y al final las viviendas sociales son viviendas dormitorio. Pero esto debe cambiar, deben convertirse en un lugar donde vivir, que estén protegidas y sean modulares, con la oportunidad de ampliarse.
¿Qué opinas del trabajo que se hace desde el tejido social? Comentabas que ha caído la participación comunitaria.
En este momento se está generando un recambio en las dirigencias sociales porque se están formando nuevos dirigentes. Hay un bichito que empezó a picar a las personas más jóvenes, hemos tenido a mucha gente que nos escribe y nos dice que son nuevos y que quieren formarse y que si podemos ayudarlos.
En muchas directivas siguen habiendo las mismas personas, que no tiene nada de malo, pero siempre es bueno ir incluyendo nuevas, porque aporta nuevas ideas y hace que las organizaciones comunitarias estén más frescas y aterrizadas a las necesidades de no solo un grupo etario, sino de todos los que componen la comunidad, y que pueda existir una mayor cercanía con otros organismos municipales u otras unidades o incluso empresas.
Es muy bueno que nueva gente, sean jóvenes o adultos, que no se habían implicado antes, se esté dando cuenta de que también puede tener incidencia en sus territorios, porque ellos son los que viven ahí, los que saben lo que pasa, los expertos.
¿Qué proyectos se están desarrollando en el momento y están planificados para el futuro?
En No Hay Proyecto estamos finalizando y vamos a tener la premiación de los proyectos pronto. En el Programa Juntas de Vecinos estamos tratando de mejorar nuevas ideas, modernizar un poco la página web, y estamos cerrando varios proyectos. Y lo mismo con la Entidad Patrocinante. Y esto es muy positivo porque significa que hemos podido generar todo lo que implica la construcción o la mejora de la vivienda social, pero también que, ya aplicado el PHS, las copropiedades están listas, liberadas, y pueden decir ‘’bien, ahora vamos a postular a otro proyecto’’ y seguir mejorando la comunidad.